“La inducción del trabajo de parto debe limitarse a determinadas indicaciones médicas. Ninguna región geográfica debe tener un índice de trabajos de parto inducidos mayor que el 10%.”
OMS
“La administración de oxitocina es una intervención mayor y debe utilizarse únicamente bajo una indicación válida. El mismo principio es aplicable para la más moderna variación de inducción con prostaglandinas y para la inducción con estas sustancias.”
OMS
El trabajo de parto inicia de forma natural y espontánea cuando un bebe está listo para la vida fuera del vientre materno. Su cuerpo libera una pequeña cantidad de una hormona que manda una señal a las hormonas maternas para iniciar el trabajo de parto.
De acuerdo al Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), el trabajo de parto debe ser inducido solamente cuando el riesgo REAL para el bebé sea mayor si permanece dentro del útero de la madre que por un nacimiento prematuro.
También es importante tener en cuenta que las inducciones con oxitocina sintética tienden a no funcionar si el cuello del útero aún no está maduro…
RIESGOS DE LA INDUCCIÓN
* Mayor tendencia a hemorragias posparto graves por retención de la placenta en tanto el útero que ha sido inducido con oxitocina sintética tiene menos receptores a la oxitocina y se hace insensible a ella en uno de los momentos en que más debería responder: el momento del alumbramiento de la placenta.
* Mayor riesgo de atonía uterina (falta de tono y de vigor, o debilidad de los tejidos orgánicos, particularmente de los contráctiles), que impide que el útero se contraiga eficazmente. Mayor riesgo de rotura uterina.
* La oxitocina sintética inhibe la producción de oxitocina endógena, hormona de fundamental importancia no sólo en el parto y en el alumbramiento de la placenta sino también en la lactancia y el vínculo.
* Mayor riesgo de sufrimiento fetal a causa de la estimulación excesiva causada por la oxitocina sintética administrada y a la falta de oxigenación por la frecuencia y la intensidad de las contracciones.
* Mayor riesgo de prematurez iatrogénica: uno de los problemas de inducir el trabajo de parto es que las fechas probables de parto son justamente probables, no exactas. Es posible que haya errores en el cálculo y que el tiempo de gestación sea menor al calculado. Puede suceder – y de hecho sucede – que mujeres que tengan una inducción programada en la semana 39, tengan en realidad tan solo 37 semanas de embarazo). Si el bebe ingresa a observaciones o a cuidados intensivos, en lugar de estar en contacto piel a piel con su madre, estarían separados en sus primeras horas de vida, fundamentales para el inicio del vínculo y de la lactancia (horas conocidas como “período sensible” a nivel psicofisiológico).
* No se conocen los efectos de la oxitocina sintética en el bebé, aunque según varios profesionales es altamente probable que llegue al cerebro del feto durante el parto.
* Mayor riesgo de complicaciones y nacimientos por cesárea, inducciones fallidas que terminan en esta intervención quirúrgica mayor.
* Incremento en la necesidad de intervenciones: La inducción del trabajo de parto suele crear la necesidad de otras intervenciones médicas:
Las contracciones producidas por la administración de oxitocina sintética son más dolorosas y más seguidas (esto dificulta que la mujer pueda reponerse y puede hacer que se canse más rápido debido a su ritmo e intensidad)
Por este motivo suele acompañarse de anestesia epidural como método para paliar el dolor (anestesia que muchas veces disminuye las contracciones y dificulta los pujos)
Esto lleva a que sea necesario el monitoreo electrónico continuo del ritmo cardíaco del bebé para estar atentos a que no haya sufrimiento fetal (que puede presentarse a causa de la estimulación excesiva causada por la oxitocina sintética administrada y a la falta de oxigenación por la intensidad y la frecuencia de las contracciones)
Implica menor libertad de movimientos para la mujer, convirtiéndose en otro obstáculo para el progreso de su trabajo de parto, al no poder caminar libremente o cambiar de posiciones en respuesta a sus contracciones de trabajo de parto.
Otras formas de inducción del trabajo de parto:
– Desprendimiento de Membranas (Maniobra de Hamilton)
– Prostanglandinas (gel o pastillas)
Impacto Psicológico
Inducir el trabajo de parto (especialmente cuando no hay indicaciones médicas reales) puede dejar un mensaje muy fuerte a la mujer de que está “fallada” o de que su cuerpo no funciona adecuadamente al necesitar ayuda para iniciar su trabajo de parto; mensaje que puede resultar mucho más fuerte en aquellos casos en los que la inducción no tiene éxito, la mujer “no dilata” y termina en una cesárea aún cuando tenía el deseo de parir.
La experiencia de parto es única y esta vivencia nos marca de por vida. Si la misma fuera catalogada como negativa por la mujer, el riesgo de sufrir trastornos del estado del ánimo posparto aumenta considerablemente, así como la posibilidad de tener problemas con la pareja, con la familia y con los profesionales que la han asistido y dificultades en posteriores embarazos y partos.
Lic. Natalia Liguori – Lic. Carolina Mora
Psicólogas Perinatales
Nacer Juntos
Bibliografía:
Declaración de Fortaleza. Informe sobre “Tecnologías de parto apropiadas” – Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud publicadas en Lancet. 1985.
“Cuidados en el Parto Normal: Una Guía Práctica”. Departamento de Investigación y Salud Reproductiva de la Organización Mundial de la Salud. 1996.
“Maternidad y Salud. Ciencia, conciencia y experiencia” por Ibone Olza (Psiquiatra Perinatal).Concepción de Alba (Neonatóloga), Isabel Aler Gay (Socióloga), María Jesús Blázquez (Bióloga), Rosario Quintana (Ginecóloga). Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad del Gobierno de España. 2012.
“El trabajo de parto inicia por si solo” por Lamaze International – Institute for Normal Birth. 2003.
“Provocar el parto ¿cuándo es necesario?” por Emilio Santos Leal (Ginecólogo y Psiquiatra) para la Revista Tu Bebé, Julio 1994.
Asociación “El Parto es Nuestro” http://www.elpartoesnuestro.es/