Maternidades que sean deseadas,
libres de mandatos y estereotipos aplastantes.
Maternidades diversas y respetadas,
únicas como cada versión de una misma.
Maternidades que sean acompañadas y sostenidas,
no sólo por el entorno inmediato sino por la sociedad toda:
por las instituciones de salud, por los profesionales, por las empresas, por el Estado.
Maternidades reales, con momentos increíblemente felices y otros tantos extraordinariamente agotadores.
Maternidades de carne y hueso, que distan de las tapas de revistas.
Maternidades con preguntas, respuestas y nuevas preguntas.
Con risas, lágrimas, miedos, abrazos, cuentos y canciones.
Maternidades que nos interpelan, que nos dan la oportunidad de reinventarnos.
Maternidades que se construyen, día a día, paso a paso,
con un amor inconmensurable,
con aciertos y errores, con expectativas y frustraciones.
Maternidades que son el eslabón de una cadena que va mucho más allá de nuestra efímera presencia en este plano.
(*) Natalia S. Liguori
Lic. en Psicología (MN 47.600 – MP 96.341)
natiliguori@yahoo.com
https://licenciadanatalialiguori.wordpress.com
Natalia Liguori 