
La FALTA DE LÍMITES es y ha sido una de las claves más importantes en la construcción, constitución y creación de la ‘feminidad’, que marca nuestros cuerpos sexuados por la CULPA y nos signa como objetos disponibles de ser tomados para siempre o por un rato, con o sin nuestro consentimiento. Creo que el poner límites en nuestras vidas es un aprendizaje nuevo y difícil. No sabemos ejercer este derecho de individuación sin sentirnos culpables de escapar a la estructura de la ‘feminidad’, diseñada para la ENTREGA TOTAL, a través de amores y maternidades ejercidas SIN RESTRICCIONES.
En la historia de mujeres, la que transgrede estos bordes y se sale del espacio demarcado de la ‘feminidad’, se sitúa en una peligrosa frontera donde pierde violentamente la solidaridad de casi todo el mundo, incluso, de las propias mujeres, cuya solidaridad tiene un límite claro dentro del espacio simbólico de la ‘feminidad’ y de las reglas del amor y la familia.
Fragmentos de «El triunfo de la masculinidad» de Margarita Pisano