• Muchos de los síntomas que se asocian con la depresión postparto, son síntomas que algunas mujeres hemos sentido el primer tiempo del puerperio. ¿Qué pautas diferencian las emociones típicas del puerperio de una depresión postparto? ¿A qué deberíamos prestarle atención?
Creo que las pautas primordiales tienen que ver con estar atentas a la intensidad, la duración y la frecuencia. Cuando el malestar persiste, cuando afecta nuestra cotidianeidad, cuando nos excede, buscar ayuda es fundamental. La detección temprana es clave para poder recibir tratamiento oportuno, evitando la cronificación de los síntomas y el deterioro de nuestra calidad de vida.
• ¿Las intervenciones en el parto pueden ser factores determinantes en el desarrollo de la depresión?
Cuando padecemos algún trastorno de la salud mental durante el período posparto, se tiende a asumir que es un proceso psíquico independiente de lo que ha sucedido durante la gestación y de lo que hemos vivido en el parto. A veces sí lo es, pero en otros casos, lo que ocurre en el puerperio está muy influido por la experiencia subjetiva de parto. La misma deja una profunda huella en la salud mental materna, huella que, a su vez, está directamente relacionada a la atención y el trato recibidos, a la posibilidad (o no) de tomar decisiones respecto al proceso de parto, a las intervenciones que se realicen sobre nuestros cuerpos – algunas o muchas de las cuales pueden ser innecesarias -, o algo tan simple como ser reconocidas como sujetos de derechos.
El potencial de beneficios o daño psíquico está presente en cada parto/nacimiento: la violencia obstétrica se constituye como un potente factor de riesgo psíquico, cuyas marcas significativas frecuentemente son minimizadas.
• ¿Porque necesitamos profesiones de la salud mental con perspectiva de género para acompañar correctamente a una mujer en materia de salud mental perinatal? Esto te lo preguntamos porque vemos que en ocasiones se subestiman los síntomas o se patologiza enseguida.
El infradiagnóstico en Salud Mental Perinatal es un hecho. Está relacionado, entre otras cosas, con una atención centrada en los aspectos biomédicos, sin contemplar el estado emocional de la mujer y otros determinantes psicosociales; con la idealización de la maternidad, y con el estigma, los juicios y la incomprensión. También es frecuente escuchar discursos en los que se trivializa el malestar de las mujeres asociándolo con “las sombras del puerperio”, aún cuando en muchos casos es evidente que excede lo “esperable” durante el período postparto. La formación específica y la perspectiva de género son imprescindibles para afinar el ojo clínico de forma tal de evitar la patologización como el subdiagnóstico durante este período.
• Muchas mujeres padecen distintos síntomas en silencio por miedo a ser juzgadas como malas madres, ¿que opinión te merece como profesional de la salud mental?
Tal cual dicen, el estigma en salud mental aún persiste. ¿Cómo compartir emociones que están connotadas negativamente en un momento de la vida que “se supone” tendría que ser “el mejor” en la vida de las mujeres? ¿Cómo hacerlo cuándo aún se reproducen discursos de corte esencialista -incluso en ámbitos profesionales- que sostienen la existencia, por ejemplo, del “instinto materno”?
Estas construcciones que idealizan y totalizan la maternidad constituyen potentes factores de riesgo de malestar psíquico durante esta etapa. Nos encontramos ante un binarismo peligroso: la buena madre (representación unívoca e irreal que deja por fuera la variedad de experiencias subjetivas) y, por el contrario, la mala madre (que no responde a lo que la sociedad patriarcal espera de ella).
Una madre no deja de ser una persona que hace lo que puede; parece insólito tener que aclarar que es una persona, no una superheroína, no un ángel, no una santa. Muchas veces esto se olvida y se las deshumaniza, se las pone en un pedestal y se las arroja del mismo.
Es importante que sepan que los trastornos del estado del ánimo y la ansiedad en este período son sumamente frecuentes y que no tienen porqué (sobre)vivirlo solas y en silencio. Es imprescindible que rompamos el tabú; y visibilizarlo, como hacen en este libro, es clave para ello.
• ¿Consideras que los contextos sociales actuales, las bajas licencias por maternidad y la poca valoración de las tareas de cuidado, son factores que desarrollan síntomas ansiosos y/o depresivos?
No es que los desarrollan sino que se convierten en estresores que aumentan las tensiones que enfrentan las madres en la actualidad, afectando la salud integral y disminuyendo la calidad de vida. La invisibilización y desvalorización de las tareas de cuidado aumenta el malestar y expone a malabares insostenibles y alienantes. Es urgente reivindicar los cuidados como responsabilidad colectiva y objeto de interés público, en lugar de jugar a la ruleta rusa con la salud materna.
Mis aportes para el capítulo de Puerperio y Salud Mental Materna del libro «Somos Cíclicas» de Cecilia Valentini e Isis Coalova editado por Editorial Planeta.-