La expectativa de felicidad, la expectativa de que las mujeres deben sonreír y el mundo sonreirá con ellas, es lo que pone tantas cosas en suspenso; una vida en suspenso. LA EXPECTATIVA DE FELICIDAD NO PRODUCE NECESARIAMENTE INFELICIDAD, PERO PUEDE HACER QUE LA INFELICIDAD SEA MÁS DIFÍCIL DE SOPORTAR. A fines del siglo XX, sociólogas feministas como Ann Oakley escribieron sobre cómo la expectativa de que la maternidad haría felices a las mujeres funcionó para patologizar la infelicidad. Estos estudios subrayaron la importancia de que las mujeres contaran sus propias historias: relatos que derriban el mito de la felicidad, que no tratan simplemente de la infelicidad, sino que hablan de las emociones complejas, ambivalentes y caóticas que tenemos.
Fragmento de «Vivir una vida feminista» de Sara Ahmed , en el que también hace alusión a «La promesa de la felicidad», ambos de Caja Negra Editora.