Primer libro leído en 2021. Una novela profunda y directa, que atrapa, moviliza e interpela.
«Ninguna madre sabe cuánto tiempo vivirán sus hijos. Existe incluso una expresión según la cual solo los tienen prestados, y el tiempo de ese préstamo puede duras desde unas horas hasta varias décadas. En el caso de Inés sería extremadamente corto. En un mismo día Alina y Aurelio recibirían a su hija y se verían despojados de ella. El médico lo había dicho con todas sus letras: la niña moriría al nacer. (…) Un buen día Alina empezó a desmontar el cuarto de Inés. Prefería hacerlo ahora y no al volver del hospital sin ella. Necesitaba dejar atrás los esfuerzos y el cariño que había invertido en decorarlo. (…) Guardar esos objetos constituía para ella una forma de asumir la realidad y era exactamente eso lo que necesitaba, asumirla por difícil que fuera. Ya después, cuando todo hubiera pasado (porque pasaría, aunque ahora resultara imposible creerlo), iba a decidir qué hacer con tantas cosas sin dueño. (…) Ninguna mujer que vuelve a casa después de parir a su primer hijo retoma su vida anterior, mucho menos en esas circunstancias. La maternidad cambia la existencia para siempre.» Guadalupe Nettel.