
Ser mujer, como ser madre no remiten a ninguna esencia, ninguna naturaleza. Cuando el capitalismo redobla su apuesta y exige un modelo de madre-trabajadora, inteligente, bella, proactiva, equilibrada y bondadosa, aumenta también sus modos de tristeza y de impotencia. Inocula culpas y hace brotar dolores.
“Mamá Mala: crónicas de una maternidad inesperada” de Carolina Justo Von Luzer